Dichos populares

Te contamos qué es un dicho popular y te explicamos el significado de ejemplos provenientes de México, Colombia, Argentina y más.

Como indica el dicho popular, un hombre tiene un as en la manga, es decir, un recurso inesperado.
Los dichos populares deben entenderse en sentido figurado.

¿Qué es un dicho popular?

Un dicho popular es una frase hecha y tradicional, que se transmite oralmente de generación en generación, y que tiene un sentido figurado que manejan los miembros de una determinada comunidad lingüística, como los ciudadanos de un país o los hablantes de una lengua. Así, por ejemplo, hay dichos propios de una nación de habla hispana, como España, mientras que otros son compartidos por todos los hablantes de la lengua española en el mundo.

Los dichos tienen un sentido específico, pero figurado, es decir, que no coincide con el sentido literal de su expresión. Aun así, no hace falta saber el origen de una expresión o su sentido original para conocer su significado y poderla utilizar.

Por ejemplo, el dicho “cantarle a alguien las cuarenta” equivale a decirle a alguien algunas verdades dolorosas o ponerlo en su sitio, pero hace alusión a un canto propio del juego de cartas español conocido como “tute” o “guiñote”, en el que se obtienen cuarenta puntos al mostrar a los demás que se tiene al rey y otra figura del palo (o pinta) adecuado.

En algunos contextos, se utiliza como sinónimo de “dicho” el vocablo “refrán”. Sin embargo, se trata de dos formas de expresión diferentes: el refrán tiende a la musicalidad y suele emplearse de manera convencional, sin modificar, mientras que los dichos son eminentemente orales y carecen de una forma establecida, limitándose a ser locuciones verbales. Tampoco se los debe confundir con el proverbio, de carácter literario y propio de una tradición más letrada, como la bíblica.

Los siguientes 50 ejemplos de dichos populares de la lengua española permitirán ilustrar esta diferencia:

  • “No dar su brazo a torcer”. Se refiere a alguien que no cede en sus opiniones o perspectivas, ni es capaz de transigir con el otro, sino que se mantiene firme en sus posiciones. Por ejemplo: “Marta no da su brazo a torcer en ninguna discusión”.
  • “Tener un as bajo la manga”. Se refiere a alguien que cuenta con un recurso, un plan o una estrategia oculta que le otorgará una ventaja en una situación determinada. Proviene del juego de póker, en el que los tramposos se guardaban una carta de as (la más valiosa) bajo la manga para sumarla a su mano sin que el resto se diera cuenta. Por ejemplo: “El gobierno siempre tiene un as bajo la manga”.
  • “Estar a punto de tirar la toalla”. Se refiere a alguien que está próximo a darse por vencido o renunciar a algo por lo que ha luchado. La metáfora proviene del boxeo, ya que el entrenador de un peleador podía arrojar su toalla a la lona para expresar la rendición de su bando. Por ejemplo: “Mi negocio va mal, estamos a punto de tirar la toalla”.
  • “Tener a alguien contra las cuerdas”. Se refiere a que alguien tiene a otra persona arrinconada o atrapada, figuradamente. O sea, que no le deja escapatoria. También es una metáfora del boxeo, pues el cuadrilátero suele estar cercado por cuerdas de goma. Por ejemplo: “La policía tiene a los delincuentes contra las cuerdas”.
  • “Poner las cartas sobre la mesa”. Se refiere a decir la verdad y ser abierto y honesto respecto a algo, dejando claras las intenciones y los pensamientos. Se trata de una metáfora del juego de cartas. Por ejemplo: “Quiero que pongamos las cartas sobre la mesa en nuestra relación, Juana”.
  • “No dar pie con bola”. Se refiere a alguien que fracasa de manera continua a pesar de sus esfuerzos, o que no consigue una estrategia apropiada para lo que se propone. Es una metáfora proveniente del fútbol, deporte en que se golpea la bola con el pie. Por ejemplo: “A Pedro lo echaron del trabajo otra vez, el pobre no da pie con bola”.
  • “Batir el cobre”. Se refiere a trabajar arduamente, es decir, esforzarse mucho, o bien a los lugares en que se mueve una gran cantidad de dinero o de transacciones comerciales. Proviene de los antiguos oficios de metalurgia, en los que se golpeaba el cobre con un martillo para darle su forma deseada. Por ejemplo: “En el centro de la ciudad es donde se bate el cobre”.
  • “Dorar la píldora”. Se refiere a suavizar o hacerle más amena a alguien una verdad o una información, a menudo con fines egoístas o aprovechados. Proviene de la costumbre de los antiguos boticarios de cubrir las píldoras con diferentes sustancias para facilitar que el paciente las tragara. Por ejemplo: “Por favor, dígame la verdad, no me dore más la píldora”.
  • “No dar un palo al agua”. Se refiere a no hacer ni el más mínimo esfuerzo a la hora de cumplir con las propias obligaciones, o sea, no trabajar. Proviene de las antiguas embarcaciones que eran impulsadas mediante largos palos que tocaban el fondo. Por ejemplo: “En el ministerio nada avanza, los funcionarios no dan un palo al agua”.
  • “Meterse en camisa de once varas”. Se refiere a meterse en problemas o en una situación complicada para la cual no se tienen los recursos necesarios. Su origen data de la antigua costumbre de hacer pasar a un niño recién adoptado por la manga larga de una camisa, como ritual que simbolizaba un renacimiento. Por ejemplo: “Cuando firmaste ese contrato te metiste en camisa de once varas”.
  • “Recoger el guante”. Se refiere a aceptar un reto o asumir un compromiso de manera digna, especialmente de cara a un competidor o la evaluación de terceros. Proviene de la antigua costumbre de retar a duelo a alguien arrojando un guante al suelo o abofeteándolo con él: el retado aceptaba el duelo recogiendo el guante. Por ejemplo: “Retamos al equipo contrario a que nos hicieran un solo gol, y ellos recogieron el guante”.
  • “Enmendar la plana”. Se refiere a corregir un error cometido anteriormente, especialmente relacionado a un tercero. Proviene de las labores del maestro, que corregía el folio (la plana) donde escribían los alumnos. Por ejemplo: “Ayer me disculpé con María, quiero enmendar la plana con ella”.
  • “Rasgarse las vestiduras”. Se refiere a que alguien hace grandes gestos públicos de dolor, molestia o pesar, usualmente ante un evento que se podría considerar menor o no tan importante. Proviene de la costumbre de los pueblos antiguos de romperse la vestimenta en señal de luto. Por ejemplo: “Pedro es muy dramático, se rasga las vestiduras por todo”.
  • “Dejar en la estacada”. Se refiere a abandonar a otro en una situación precaria, difícil o frente a un adversario. Proviene de los tiempos en que las ciudades estaban cercadas por empalizadas o muros defensivos, en los que se asentaban los soldados para repeler al enemigo invasor. Cuando el ejército se retiraba hacia el interior de la ciudad, quien era dejado en la estacada quedaba a su suerte. Por ejemplo: “A Martín sus compañeros lo dejaron en la estacada, el pobre tuvo que volver a casa caminando”.
  • “Echarle el muerto a alguien”. Se refiere a echarle la culpa a otra persona, que por ende, figuradamente, “carga con el muerto”. Por ejemplo: “Alguien se robó las joyas y le echaron el muerto al vigilante”.
  • “Ser el chivo expiatorio”. Se refiere a una persona que se sacrifica por otras, cargando con las culpas que son del grupo entero, o con las culpas de otros con las que nada tiene que ver. La expresión proviene de los sacrificios religiosos de la antigüedad, en los que se inmolaba un cordero para purgar los pecados de la sociedad entera. Por ejemplo: “Los judíos fueron el chivo expiatorio de los nazis”.
  • “Tomar una decisión salomónica”. Se refiere a una decisión, resolución o sentencia tomada de manera ecuánime y sabia, para que todas las partes involucradas queden al menos parcialmente satisfechas. Proviene de las anécdotas bíblicas sobre el rey israelí Salomón, que debía legislar sobre asuntos muy complicados. Por ejemplo: “El tribunal internacional tomó una decisión salomónica: que ambos países compartan el territorio en disputa”.
  • “Salvarse por los pelos”. Se refiere a una situación de la que alguien escapa por poco, de milagro. Por ejemplo: “Un perro enorme lo perseguía, pero se salvó por los pelos”.
  • “Poner la mano en el fuego”. Se refiere a que se confía tanto en alguien que se está dispuesto a empeñar la propia palabra en su nombre. Proviene de la era cristiana medieval, en la que muchos juicios requerían de una demostración de verdad por parte de la persona juzgada, por ejemplo, tomando con la mano desnuda brasas calientes, pues si lo que juraba era cierto, Dios le protegería la mano de todo daño. Por ejemplo: “Estoy seguro de que mi hermano no rompió la vidriera, pongo las manos en el fuego por él”.
  • “Dar al traste”. Se refiere a fracasar con un asunto determinado o arruinarlo de un modo catastrófico. La expresión proviene de la antigua jerga marítima, en la cual significaba “naufragar una embarcación”. Por ejemplo: “Con las nuevas medidas, la economía irá a dar al traste”.
  • “Ir a toda máquina”. Se refiere a avanzar (literal o figuradamente) a toda velocidad: puede ser que un proyecto avance rápidamente, o que lo haga un vehículo en marcha. También existe “a todo gas”, “a toda vela”, “a todo trapo” y “a todo vapor”, con idéntico sentido. Por ejemplo: “Las reformas universitarias avanzan a toda máquina”.
  • “Jalado por los pelos”. Se refiere a que algo resulta particularmente inverosímil, rebuscado o imposible en su contexto. Se trata de una variante de otro dicho: “traído por los pelos”, que significa que algo es traído de afuera de su contexto, o sea, que ingresa por voluntad de alguien y no de manera natural. En el caso de “jalado por los pelos”, conserva este sentido, para decir que algo es inapropiado, rebuscado, que no congenia con el resto. Por ejemplo: “Esa última escena de la película me resultó un poco jalada por los pelos, nada verosímil”.
  • “Ir viento en popa”. Se refiere a que algo marcha estupendamente bien. Se suele usar para referirse a las cosas en general, aunque proviene del argot náutico, de los tiempos en que el viento empujaba las embarcaciones. Por ejemplo: “Los estudios van viento en popa, creo que me graduaré con honores”.
  • “Ser carne de cañón”. Se refiere a que alguien está siendo utilizado para hacer frente a un peligro o un riesgo, a sabiendas de que sus probabilidades de éxito son bajas, pero con el fin de ganar tiempo. Dicho de otro modo, que alguien está siendo sacrificado de manera maquiavélica. Proviene del argot bélico: la carne de cañón eran los soldados que marchaban a la vanguardia y eran los primeros en recibir los tiros de cañón. Por ejemplo: “Esos soldados fueron carne de cañón”.
  • “Mandar a alguien a la porra”. Se refiere a romper relaciones con alguien. En este caso, la porra era un instrumento que empleaban en la milicia para atar las tiendas de campaña y también para castigar a los soldados flojos o desobedientes. Por ejemplo: “Me cansé de los desplantes de mi novio, lo mandé a la porra”.
  • “Entrar o empezar con el pie derecho”. Se refiere a comenzar un proyecto, actividad, vínculo o período con buena suerte o de buena manera. Por ejemplo: “Julián entró a la universidad con el pie derecho, sacó un 10 en su primer examen”.
  • “Hacer algo en un santiamén”. Se refiere a hacer algo muy rápidamente, en poco tiempo, casi de manera inmediata. Proviene del latín religioso, específicamente de la última parte de la oración recitada al persignarse: in nomine patri et filii et spiriti sancti, amen. Las palabras sancti amen se convirtieron en “santiamén”. Por ejemplo: “Descuida, esa tarea la tendré lista en un santiamén”.
  • “Hacerse la vista gorda”. Se refiere a ignorar algo que se sabe polémico o complicado, es decir, hacer que no se ha visto nada. Por ejemplo: “La policía estuvo en el sitio del asalto, pero hizo la vista gorda mientras ocurría”.
  • “Dar el beso de Judas”. Se refiere a fingir afecto o cercanía mientras se traiciona a la persona que figuradamente se besa. Hace referencia al beso con que Judas Iscariote identifica para las autoridades romanas a Jesús de Nazaret, de modo que puedan apresarlo. Por ejemplo: “Mientras le daba el beso de Judas, su esposa se escribía con otra persona”.
  • “Meter el dedo en la llaga”. Se refiere a mencionar o hacer alusión a un tema que a otra persona le causa dolor o incomodidad. Hace referencia a las llagas de Jesucristo, heridas que recibió durante su crucifixión. Por ejemplo: “Debes dejar de preguntarme por ella, estás metiendo el dedo en la llaga”.
  • “Llorar lágrimas de cocodrilo”. Se refiere a fingir vulnerabilidad o pesadumbre, especialmente con la intención de hacer al otro bajar la guardia o brindar consuelo, todo con fines egoístas. El dicho proviene del hecho de que los cocodrilos, importantes depredadores, no pueden llorar, y quien se les acerque a consolarlos seguramente se convertirá en su cena. Por ejemplo: “No le creas el arrepentimiento a tu ex, esas son lágrimas de cocodrilo”.
  • “Abrir la caja de Pandora”. Se refiere a desencadenar, de manera accidental, por ingenuidad o por torpeza, una serie de problemas, males o catástrofes que luego es imposible remediar. Hace alusión directa al mito griego de Pandora y el ánfora en el cual estaban contenidas las virtudes del ser humano (o los males del mundo, dependiendo de la versión). Por ejemplo: “Cuando compramos esa casa, sin saberlo abrimos la caja de Pandora”.
  • “Hacer mutis”. Se refiere a hacer silencio, pasar inadvertido u ocultarse, especialmente en una situación incómoda o retadora. El término proviene del mundo teatral: significa que un personaje desaparece de escena. Por ejemplo: “Cuando los gerentes indignados preguntaron quién era el responsable, el jefe del departamento hizo mutis”.
  • “Dar largas a algo”. Se refiere a dilatar, postergar o retardar alguna obligación o algún evento por los motivos que sea. Proviene del mundo taurino, donde el torero con un “lance de larga” engaña al toro y lo envía hacia otro lado. Por ejemplo: “No deberías darle tantas largas a esa operación de hombro”.
  • “No ser ni chicha ni limonada”. Se refiere a que alguien o algo es difícil de determinar, sobre todo en un contexto en el que debería escoger un bando, o en el que se requiere de claridad y transparencia. Por ejemplo: “Algunos políticos no son ni chicha ni limonada, uno no sabe cuál es su ideología”.
  • “No ser moneda de oro”. Se refiere a que nadie puede agradar a todo el mundo todo el tiempo, como sí lo haría una moneda de oro, pues todo el mundo la querría. Por ejemplo: “¿A tus padres les caigo mal? Ni modo, tampoco soy moneda de oro”.
  • “Hacer algo llueve, truene o relampaguee”. Se refiere a hacer algo en contra de cualquier tipo de adversidades, sea cuales sean las condiciones. Por ejemplo: “Quiero que vuelvas a casa a las doce, llueve, truene o relampaguee”.
  • “De cajón”. Se refiere a aquello que se tenía ya preparado para cualquier ocasión, que sirve para cualquier cosa o que es de sentido común, o sea, que es inespecífico, evidente o no requiere mucho debate. Su origen data de los tiempos de los linotipistas, que tenían frases hechas en sus cajones para diversas ocasiones. Por ejemplo: “Si no juegas la lotería no la vas a ganar, eso es de cajón”.
  • “Hacer algo sin ton ni son”. Se refiere a hacer algo sin orden ni concierto, o sea, de manera desordenada, caótica, errática. Hace alusión a las cualidades musicales del tono (ton) y el sonido (son). Por ejemplo: “Felipe está armando el rompecabezas sin ton ni son”.
  • “No hay tu tía”. Se refiere a que no existen excusas ni alegatos posibles para rehuir a una responsabilidad o a las consecuencias de algo que se hizo o se dejó de hacer. Por ejemplo: “Sin pasaporte no subes al avión, y en eso sí que no hay tu tía”.
  • “Tomado con pinzas”. Se refiere a un argumento, alegato o afirmación que se hace con resquemor, con sumo cuidado o temiendo que se pueda asociar a otras ideas similares, por lo que se toma “con pinzas” (para no ensuciarse los dedos). Por ejemplo: “No sé dónde he escuchado el rumor, así que debes tomarlo con pinzas”.
  • “Meter gato por liebre”. Se refiere a timar, estafar, o sea, falsificar algo o convencer a alguien de que una cosa es otra, generalmente de más valor. Por ejemplo: “Pedimos el cordero patagónico en un restaurante de lujo, pero sospecho que nos dieron gato por liebre”.
  • “Pagar los platos rotos”. Se refiere a que alguien enfrenta las responsabilidades o las culpas de las acciones de otro u otros. Por ejemplo: “Cada vez que mis padres discutían, mi hermano mayor decía algo y acababa pagando los platos rotos”.
  • “Ser un tonto útil”. Se refiere a serle útil a otras personas sin siquiera sospecharlo y sufriendo en ello algún tipo de perjuicio o consecuencias. Es decir, que la persona fue manipulada por terceros. Por ejemplo: “Aquellos militantes anti-ecologistas son los tontos útiles de las compañías petroleras”.
  • “Brillar por su ausencia”. Se refiere a alguien o algo que no aparece cuando se lo espera, en un momento o acontecimiento importante. Por ejemplo: “Estuvimos toda la mañana esperando al profesor, pero brilló por su ausencia”.
  • “Dar una puñalada trapera”. Se refiere a engañar y traicionar a alguien, actuando de manera artera y abusando de su confianza para hacerle daño. El dicho hace alusión a una familia española, los Trapera, enemigos mortales de los Aranda en la ciudad de Úbeda, Jaén, en el siglo XIV. El joven Juan Aranda fue asesinado por una puñalada de los Trapera durante la celebración local del obispo. Por ejemplo: “Julio y yo éramos amigos, hasta que me dio una puñalada trapera en la oficina”.
  • “Tratar con guantes de seda”. Se refiere a manejar una situación o un tema con extrema delicadeza y cuidado, ya sea porque es frágil o porque es peligroso. Por ejemplo: “A los delegados de ese país se los trató con guantes de seda en la cumbre internacional”.
  • “Tener mano zurda”. Se refiere a que una persona tiene talento para la diplomacia o para manejarse hábilmente en situaciones complicadas. Este dicho parte de la idea tradicional de que la mano izquierda (la zurda) es artera y se ocupa de los asuntos sigilosos, mientras que la derecha es frontal y sincera. Por ejemplo: “Para triunfar en el campo minado de la política hace falta tener mucha mano zurda”.
  • “No dar puntada sin hilo”. Se refiere a que alguien no hace algo ni toma una decisión si en ello no existe algún tipo de ganancia para su persona. Hace alusión al oficio textil. Por ejemplo: “A cambio de su ayuda, nos pidieron un favor para mañana; esa gente no da puntada sin hilo”.
  • “Ser un viva la pepa”. Se refiere a alguien que toma muy alegremente las cosas o que no medita sus decisiones con la severidad que debería. Proviene de los años de la Constitución de Cádiz, apodada “la pepa”, pues se sancionó en un día de San José (“Pepe”) de 1812. Por ejemplo: “Tus amigos son unos viva la pepa, están todo el día sin hacer nada”.
  • “Estar entre la espada y la pared”. Se refiere a no tener alternativas ni escapatorias, y se decida lo que se decida no se puede estar conforme. Por ejemplo: “Me invitaron a dos fiestas de dos amigos, estoy entre la espada y la pared”.
  • “Hacer algo a troche y moche”. Se refiere a hacer algo de manera torpe, atropellada y sin pensar en las consecuencias. Su origen se atribuye a los leñadores de antaño, que “trochaban” (troceaban) y “mochaban” los árboles. Por ejemplo: “Los albañiles están levantando esa pared a troche y moche, no me extrañaría que luego se derrumbe”.
  • “Hacer de tripas corazón”. Se refiere a hacer un esfuerzo para sobreponerse a las adversidades o lograr un triunfo que exige mucho sacrificio. Por ejemplo: “El muchacho hizo de tripas corazón y caminó toda la noche con sus zapatos rotos”.
  • “Tener malas pulgas”. Se refiere a alguien que es muy susceptible e irritable, o sea, que se enfada con facilidad. Existe una variante que reza “con pocas pulgas”. Por ejemplo: “No te metas con Miguel, anda de malas pulgas”.

Ver además: Conocimiento popular

Dichos populares mexicanos

Entre los dichos populares mexicanos más conocidos figuran:

  • “Hacer lo que el viento a Juárez”. Se refiere a que una situación no le hace mella en el ánimo a alguien, o no tiene consecuencias observables en algo. Hace alusión al peinado muy engominado del político y jurista Benito Juárez (1806-1872). Por ejemplo: “Le di varias palmadas para despertarlo, pero le hicieron lo que el viento a Juárez”.
  • “Estar pariendo chayotes”. Se refiere a pasar por una situación muy difícil o complicada (los chayotes son frutos con espinas). Por ejemplo: “Ayer me echaron del trabajo y ahora estoy pariendo chayotes”.
  • “Echarse un coyotito”. Se refiere a tomar una siesta o un descanso. Hace alusión a los cánidos comunes en la región desértica del norte mexicano, que duermen durante los instantes de mucho sol. Por ejemplo: “Vengo al rato, voy a echarme un coyotito”.
  • “Ponerse la del Puebla”. Se refiere a compartir con otro de manera desinteresada lo que se tiene (“mocharse” en jerga popular), sea dinero, comida u otra cosa. La expresión hace referencia a la camiseta del equipo futbolístico de la ciudad de Puebla, que tiene una franja azul dividiéndola al medio, es decir, “mochada” (cortada a la mitad). Por ejemplo: “No tengo para pagar la entrada al club, ¿te pones la del Puebla?”
  • “Hacer de chivo los tamales”. Se refiere a engañar al otro, equivalente a “meter gato por liebre”, ya que los tamales suelen hacerse de res o de cerdo, carnes más costosas y nobles que el chivo. Por ejemplo: “Si nos descuidamos, el gobierno hace de chivo los tamales”.

Dichos populares colombianos

Entre los dichos populares colombianos más conocidos figuran:

  • “Colgar los guayos”. Se refiere a morirse. Por ejemplo: “El abuelo está a punto de colgar los guayos”.
  • “Hablar hasta por los codos”. Se refiere a alguien que habla demasiado. Por ejemplo: “No sé cómo despedirme, mi madre habla hasta por los codos”.
  • “Hacer una vaca”. Se refiere a reunir dinero entre los integrantes de un grupo, para enfrentar un gasto conjuntamente. Por ejemplo: “Hagamos una vaca para alquilar un autobús y nos vamos a la costa”.
  • “Estar tragado”. Se refiere a estar profundamente enamorado de alguien. Por ejemplo: “Julián está muy tragado de Katia”.
  • “Hablar por boca de santo”. Se refiere a decir una gran verdad o expresar algo que no tiene discusión o debate posible, por lo que se compara con una sentencia de un santo. Por ejemplo: “Cuando se pone furiosa, mi madre habla siempre por boca de santo”.

Dichos populares argentinos

Entre los dichos populares argentinos más conocidos figuran:

  • “Ponerse la gorra”. Se refiere a llamar al orden o a la seriedad en medio de una situación de relajo, haciendo las veces de policía o vigilador. Por ejemplo: “Estábamos viendo el partido en la oficina hasta que el jefe se puso la gorra”.
  • “Cortarle la cara a alguien”. Se refiere a ignorar, dejar de atender o rechazar a alguien, especialmente en el contexto afectivo. Por ejemplo: “Estábamos charlando de lo mejor y me cortó la cara”.
  • “Estar hasta las manos”. Se refiere a estar desbordado, ser incapaz de manejar la situación. Se puede emplear tanto en un contexto de trabajo, como en el amoroso. Por ejemplo: “Hoy no puedo ir, estoy hasta las manos en el trabajo”.
  • “Ponerse la camiseta”. Se refiere a sumarse al equipo, real o imaginario, o sea, contagiarse con el ánimo del grupo, especialmente en lo que se refiere a hacer un esfuerzo. Por ejemplo: “Felipe se puso la camiseta y trabajó todo el fin de semana”.
  • “Salvar las papas”. Se refiere a ayudar o colaborar con otro que se encuentra en un apuro o en una situación delicada o difícil. La frase alude a los casos en los que, durante la cocción de las papas, el cocinero se distraía y otra persona las rescataba del fuego para que no se quemaran. Por ejemplo: “Gracias por ayudarme a terminar el trámite, me salvaste las papas”.

Sigue con: Juego de palabras

Referencias

  • “Categoría: dichos populares” en Wikipedia.
  • “Dichos populares y su significado” en Cervantes Virtual.