Te explicamos qué es la religión umbanda, cuáles son sus creencias y su origen. Además, cuáles son sus ceremonias y sus guías espirituales.
¿Qué es la umbanda?
La umbanda es una religión de origen brasileño, en la que se mezclan la herencia de las religiones africanas traídas a América por los esclavos de la era colonial, con diversos elementos hindúes y cristianos, así como con tradiciones de los pueblos nativos americanos. A pesar de ser originaria del Brasil, se ha extendido a territorios vecinos como Paraguay, Argentina y Uruguay.
Umbanda es un término proveniente del kikongo, una lengua bantú originaria de Angola, y puede traducirse como “el arte de sanar”. Esto posiblemente se deba a que formaba inicialmente parte de la “magia” con que los curanderos africanos sanaban a sus congéneres, a partir de su revinculación con un orden cósmico.
A partir de su surgimiento en el siglo XX, la religión umbanda ha cobrado notoriedad en la región como una práctica religiosa popular, vinculada con numerosos cantantes brasileños como Vinicius de Moraes, José Bezerra da Silva o Raul Seixas. Su presencia se hizo central en el ámbito del neopentecostalismo brasileño, con la celebración de al menos tres congresos de fieles y practicantes, así como la creación en 2003 de la Facultad de Teología Umbandista, institución que funcionó hasta 2016.
Debido a su carácter sincrético, la umbanda tiene numerosos puntos de contacto con otras religiones y sus divinidades a menudo coinciden en representación, asociaciones o día de culto con las apariciones de la Virgen cristiana o con integrantes del santoral católico. Asimismo, la umbanda tiene puntos de encuentro con otras religiones de origen africano, como la macumba, el candomblé o la religión yoruba del Caribe, pero no debe confundirse con ninguna de ellas, pues se trata de una religión sincrética de origen brasileño.
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Origen de la umbanda
A pesar de que existen debates respecto a su origen, se sabe que la religión umbanda surgió a comienzos del siglo XX, a partir de lo que se consideraba la práctica religiosa tradicional o macumba. Esta práctica era común en el Río de Janeiro del siglo XIX, y abarcaba dos vertientes, una de naturaleza popular (umbanda popular) y otra más refinada y aceptada por ciertas élites locales (umbanda blanca). De las dos vertientes, fue la primera la que engendró el culto actual de la umbanda.
De acuerdo al relato de sus practicantes, la fecha de origen de la umbanda es el 15 de noviembre de 1908 (o 1907), a partir de la posesión de Zelio Fernandino de Moraes, un joven clase media de una familia católica de Río de Janeiro, llamado, por un espíritu conocido como el “Caboclo das sete encruzilhadas” (en portugués: “el caboclo [o sea, el espíritu] de las siete encrucijadas”), una entidad para la cual todos los caminos están siempre abiertos.
Esa noche, el espíritu caboclo, alternándose con otra entidad llamada “Preto Velho Pai Antonio” (o sea, “el negro viejo papá Antonio”), instruyó a los presentes en la creación de la Tenda Espírita Nossa Senhora da Piedade (algo así como “carpa espiritual de nuestra señora de la piedad”) y la práctica de numerosos ritos, sentando así las bases de la religión umbanda.
Creencias y símbolos de la umbanda
No existe un cuerpo unificado de creencias de la umbanda, es decir, una doctrina única. Por el contrario, coexisten diversas formas de culto como la umbanda tradicional, el umbandomblé, la umbanda sagrada, la umbanda cristiana o la umbanda omoloko.
Sin embargo, la umbanda en general es una religión monoteísta, que plantea la existencia de una deidad todopoderosa inaccesible para los seres humanos, conocida como Olorum o Zambi, cuya energía vital impulsa la vida y se manifiesta en el mundo a través de diversos guías espirituales, conocidos como orixás. En conjunto, estas deidades componen una suerte de panteón, al cual las personas pueden acceder mediante los oficios de un médium.
Al mismo tiempo, la umbanda sostiene que existen ciertos valores humanos universales, conocidos como las Siete Líneas de la Umbanda, que dan sentido a la existencia y sirven para guiar la conducta humana hacia la armonía con su entorno (animal, vegetal, mineral, etc.) y el cumplimiento de un sentido vital propio, asignado por la divinidad. Estas “Siete Líneas”, además, se vinculan con ciertos materiales y elementos específicos de la realidad, de la siguiente manera:
- Fe – Cristal (cristal)
- Amor – Mineral (metal)
- Conocimiento – Vegetal (plantas)
- Equilibrio – Ígneo (fuego)
- Orden – Eólico (aire)
- Transmutación – Telúrico (tierra)
- Vida – acuático (agua)
Cada una de estas líneas está representada por divinidades muy variadas, provenientes de todos los rincones del planeta, que vinculan religiones actuales y cultos extintos, a los que la umbanda está abierta por igual. Sin embargo, cada línea está custodiada por un orixá, a manera de administrador y celador de dichas virtudes, cuyas relaciones con la humanidad obedecen a una ley de causa y efecto: todo bien recibido o mal padecido debe retribuirse mediante la justicia divina.
A través del trabajo espiritual, la guiatura de los espíritus y la vinculación con los elementos materiales apropiados, los fieles de la umbanda buscan conducir su vida hacia un bien mayor y hacia la satisfacción de una misión sagrada en el mundo.
Prácticas y ceremonias de la umbanda
Las prácticas umbanda pueden ser muy variadas, dependiendo de la vertiente del culto que se practique. En general, se trata de ritos que buscan vincular al ser humano con sus guías espirituales específicos (o simplemente averiguar quiénes son).
Los procedimientos rituales y sus formas están determinados por el sacerdote (Pai-de-santo, babaloxá o babalá) que interpreta los deseos del espíritu guía, de modo que no siempre se realizan de la misma manera, ni involucran los mismos pasos. Aun así, estos ritos suelen llevarse a cabo en tendas o casas espirituales previamente adecuadas para invocar a los espíritus, y generalmente son celebraciones abiertas a la presencia del público.
A grandes rasgos, los distintos ritos de la umbanda se pueden clasificar en tres categorías:
- Posesiones. Tal y como su nombre lo indica, consisten en la invocación de uno o más espíritus para que penetren al cuerpo del médium, bajo la tutela ritual del sacerdote. Estos espíritus suelen ser egúns (antepasados míticos), caboclos (espíritus indígenas) o pretos velhos (espíritus africanos), e incluso algunos orixás. Durante el tiempo de posesión, los médiums entran en trance y pueden comunicar a los presentes la voluntad divina.
- Ritos iniciáticos. En general, los ritos de iniciación a la religión umbanda involucran un profundo simbolismo y la presencia de animales sacrificiales, que son alimentados por el iniciado durante semanas e incluso meses, para luego ser sacrificados ritualmente. A los iniciados entonces se les lava la cabeza, corta el pelo y se les baña con la sangre del animal, para así marcar su muerte como profano y su renacimiento como seguidor de la umbanda.
- Las ofrendas. El vínculo entre seres humanos y divinidades se realiza a través del intercambio simbólico de bienes, sacrificios animales y alimentos, dependiendo de lo que “pida” el orixá. Estos ritos se combinan con prácticas de comunión similares a la católica, procesiones, rezos y cánticos de la liturgia cristiana, con ofrendas en tabaco, aguardiente, velas, flores, arroz, perfumes y la carne de gallos y gallinas, por citar algunos ejemplos.
Por último, la umbanda tiene un calendario ritual muy diverso, en el que se combinan las festividades católicas con las de origen africano. Por ejemplo, el 8 de septiembre es el día de Oxum (Ochún u Oshun), orixá equivalente a la Virgen de la Caridad del Cobre.
Orixás o guías espirituales
El panteón de la umbanda es extenso y tienen cabida deidades con distintos nombres y formas de representarse. El panteón de los orixás, sin embargo, es muy similar al del resto de las religiones africanas del continente (como la Yoruba, en el Caribe) y está compuesto principalmente por:
- Oxalá. El más importante de los orixás y el primero creado por Olorum, poseedor de rasgos femeninos y masculinos a la vez. Se sincretiza con el Cristo de los últimos días y a veces con la Virgen de las Mercedes, es creador de la Tierra y del ser humano, dueño de todo lo blanco, de los pensamientos, de la cabeza y de los sueños. En otras religiones de origen africano se le conoce como Ochalá o como Obbatalá.
- Xangó. Orixá de la justicia, del rayo, el trueno y el fuego, se sincretiza en santería con San Marcos y Santa Bárbara, y tiene un doble rasgo histórico y divino, pues se asume que fue el cuarto rey mítico de la ciudad nigeriana de Oyo. Es un orixá violento y vengativo, dueño del sol y de las tempestades, fuerte, valiente y justo. Se le atribuyen varias esposas y el manejo de un hacha de doble filo. En otras religiones de origen africano se le conoce como Changó o Shangó.
- Ogum. Orixá guerrero y patrono de la herrería, de los metales, de la tecnología y protector de los cirujanos, los soldados y los policías. De carácter irascible y violento, se le representa con el machete, con el cual despedaza a sus rivales o se abre paso a través de la vegetación selvática. Se le asocia con San Jorge del panteón cristiano, y a menudo con San Pedro, dado que tiene las llaves metálicas del paraíso. En otras religiones de origen africano se le conoce como Oggun u Ogún.
- Oxossi. Orixá cazador, patrono de los presos y de los fugitivos, dueño del arco y la flecha. Se le considera mago o brujo, se le asocia con el color azul, el amarillo y el coral, y es suya la inteligencia, la sagacidad y la inventiva. Es el mejor de los cazadores, cuyas flechas no fallan nunca, y es quien da sustento a los prisioneros. Hermano de Xangó y de Ogum, es hijo de Oxalá e Iemanja. En otras religiones de origen africano se lo conoce como Oshosi o como Ochosi.
- Iemanja. Orixá asociada al mar, la abundancia y la maternidad, protectora de los marineros y los pescadores, y madre de todos los peces. Es el orixá más popular y públicamente reverenciado en Brasil y en diversas regiones del Caribe y los Estados Unidos, portadora de numerosos epítetos como “señora de las aguas”, “madre del agua” o “madre de todos los orixás”. Los ahogados son reclamados por ella para vivir como sus esposos y esposas, por lo que ha llegado a asociarse con las sirenas europeas; en diferentes sentidos, se asocia más a la Virgen María. En otras religiones de origen africano se la conoce como Yemayá o Jemanjá.
- Oxum. Orixá femenina, asociada a la fecundidad, dueña del bronce y de todos los ríos. Suyos son también el día sábado y el color dorado, y se la representa como una mujer vanidosa, sensual, que va al río a bañarse ataviada de collares y adornos. Se la asocia a la Virgen de la Santísima Caridad del Cobre, y fue una de las esposas de Xangó. En otras religiones de origen africano se la conoce como Ochún u Oshun.
- Obá. Orixá femenina, asociada al amor sacrificado y la fidelidad conyugal, dueña de los lagos y lagunas, y habitante de los cementerios, en los que custodia las tumbas. Se la representa como una mujer fuerte, temible, envidiosa e incomprendida. No suele tomar hijos varones entre los fieles, y se asocia al color rosa viejo, al puñal, a la sopa y las soperas. Su culto es sincrético con el de Santa Catalina o Santa Rita de Casia, y en otras religiones de origen africano se la conoce como Obba u Obbá.
- Oxumare. Orixá andrógino, asociado a la serpiente y a los colores rojo y azul, que representan a la vez lo masculino y femenino respectivamente. Suyos son el movimiento, la riqueza, el equilibrio, es el encargado de sostener el ciclo del agua y aquello que permanece, que perdura. Es el garante de que las cosas sigan como van. En otras religiones de origen africano se le conoce como Oshunmare o como Oshumare.
- Obaluaié. Orixá masculino, señor de la tierra, la enfermedad, las infecciones venéreas y en general de la peste y la miseria. Es una deidad nocturna, que durante el día se esconde en la hiedra, el cundeamor o el coralillo, y es el orixá responsable de la selección de los difuntos. Se lo representa con un paño sobre la cabeza, dado que tiene el rostro cubierto de heridas, y suele pedir sacrificios de machos cabríos, gallinas o palomas. En otras religiones de origen africano se le conoce como Babalú Ayé o como Obaluayé.
Críticas a la umbanda
La religión umbanda ha estado a menudo en el centro de controversias, dado que al ser popular en las clases sociales bajas y en las zonas urbanas periféricas, se la ha vinculado con la criminalidad y la marginalidad social. Además, se la suele percibir con desconfianza debido a sus sacrificios animales, una práctica mal vista en la sensibilidad occidental.
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Referencias
- “Umbanda” en Wikipedia.
- “Quimbanda y Umbanda. Cultos afrobrasileños en el Río de la Plata” por Fernando Klein en la Gazeta de Antropología de la Universidad de Granada (España).
- “Cómo es la religión umbanda” (video) en Telefé Noticias (Argentina).
- «Conheça os Orixás” en la Prefectura de Maricá (Brasil).